Antes de nada, decir que esta
entrada no adelanta los nombres de los posibles candidatos en las listas
electorales para las elecciones municipales de mayo, más que nada porque creo
que aún tardarán en cerrarse definitivamente. Además, dado el incomprensible
secretismo con que se suelen llevar estos temas, seguramente nos enteremos el
último día legal para poder presentarlas.
Esta entrada va a tratar de lo que
seguramente nos vayamos a encontrar en esas listas, y de lo que no deberíamos
encontrarnos.
A la hora de confeccionar esas candidaturas electorales,
los partidos suelen intentar tener una representación lo más amplia posible del
vecindario, y con la complicación de la “paridad de sexos”, mismo número de
hombres que de mujeres. Un requisito obligatorio que, unido al poco interés
vecinal por presentarse, hace que a veces deba
ser muy complicado completar una candidatura de once personas y tres
suplentes con gente verdaderamente válida (y no digamos preparada) para
desempeñar un cargo como autoridad municipal.
Tengo que reconocer que me parece
una valentía presentarse, meterse en política hoy en día. Parto de la base de
que todo el que se presenta para intentar hacer algo positivo por su pueblo
merece un reconocimiento. Otra cosa es que no se le pueda criticar o alabar si
su gestión es mala o buena. En ocasiones, no hay condescendencia que valga y
dan ganas de decir bien alto eso de: ¿Por qué no te quedarías en tu casa? Si además,
hay sospechas o pruebas de tratos de favor a amigos, familiares o enriquecimiento
personal, ¡apaga y vámonos!
De cara a las inminentes elecciones,
lo que me resulta sorprendente es que no haya nadie válido que haya tomado la
iniciativa de decir: -¡Aquí estoy yo y quiero ser el próximo alcalde de Nava! Y
lo digo especialmente por el Partido Popular. No, en su lugar resulta un poco
patético que cada vez que hay elecciones y tiene que cambiar el candidato, como
este año, sean los barones visibles y no visibles del partido, los que se
tengan que dedicar a buscar a la teórica persona ideal para ser el alcalde de
Nava de la Asunción. Luego quizás lo consigan, como ha ocurrido otras veces,
pero ya dice mucho de un alcalde, que llegue a gobernar sin tener la mínima
intención de hacerlo a sólo unos meses de las elecciones.
En este sentido, el PSOE no tiene este problema. La figura de su líder
en Nava desde el siglo XV, hace que nadie se haya planteado, hasta ahora, sucederle
al frente de la candidatura socialista. Sabéis lo mucho que se ha criticado
desde este blog eso de perpetuarse en un cargo público o presentarse 345 veces
para alcalde, pero al menos es digno de elogio que haya habido alguien que haya
querido gobernar su pueblo por propia iniciativa.
Estamos en un momento de relevo sí,
pero porque la mayoría de los concejales que están tanto en el gobierno como en
la oposición, ya no dan más de sí, si es que alguna vez lo dieron.
Muy pronto sabremos qué funcionario/a se apunta esta vez para
conseguir el traslado a Nava si sale elegido concejal/a. Cabe pensar que si se
presenta alguno así, al menos por vergüenza y durante los cuatro años que se
mantenga en su hipotética concejalía trate de mantener las apariencias y
desempeñar un papel discreto.
Y por favor, yo pediría que si se
incluyen un jubilado o dos, o tres, que al menos rijan un poco, que entendemos
que los votos del centro de jubilados son muy preciados pero para ser concejal
hay que pedir unos mínimos.
Pido a los candidatos que tengan un
poco de coherencia, y si salen elegidos concejales y a la mitad de la
legislatura deciden cambiar de ideas o integrarse en otros partidos, que
dimitan y se marchen, porque no hay nada menos ético que ver a un señor en un
pleno municipal representando y votando con un partido y al día siguiente verlo
como portavoz de una asamblea popular, de otro.
También pido que se evite incluir a candidatos atractivos al electorado para que luego dimitan a los pocos meses por "motivos personales". Me parece una burla al electorado.
También es habitual incluir en las
candidaturas a algún joven que atraiga a los votantes más noveles. Aquí los
partidos se fijan en comisiones de peñas, jugadores de fútbol y balonmano.
Jovencitos que empiezan a tener ideales pero que todavía no saben cómo se las
gastan los partidos cuando están en el poder o en la oposición. Y que suelen
acabar desencantados y huyendo a la menor oportunidad.
Respecto a lo de incluir jugadores, directivos o fanáticos de algún
deporte local con muchos seguidores y votantes, esperemos que el peaje que haya que pagar no sea tan
alto como la última vez. Espero que si hay que poner en la candidatura a un
directivo, a un jugador, que no sea un analfabeto funcional o a un radical del
deporte con tan pocas luces que sea capaz de hacer peligrar la honorabilidad
del propio alcalde. Espero que no sea ningún aprendiz de dictador que disfrute
haciendo sufrir al personal del ayuntamiento por verse con un mando del que no
es merecedor, un Belén Esteban del deporte local que siga haciendo gracia pese
a que todo el mundo sepa lo impresentable que puede llegar a ser cada vez que
abre la boca, ya sea para poner a parir a sus propios compañeros en el gobierno,
a los vecinos o a todo lo que se le ponga por delante. ¡Qué elijan bien, por Dios!
Nada más. Desde aquí, a todos los que finalmente den el paso y decidan presentarse en alguna candidatura para las
elecciones locales de nuestro pueblo quiero darles muchísimo ánimo. ¡Lo van a
necesitar!