La joven navera queda dos veces finalista para entrar en "La Voz" de Antena 3
Son muchos los jóvenes talentos musicales que tratan de
abrirse camino en el mundo de la música. La posibilidad de que despegue su carrera
musical pasa por participar en un programa de talentos de los que actualmente se
emiten en las distintas cadenas de televisión. Es el caso de la joven Adriana Ángelo, de 23 años, quien, primero desde Nava de la Asunción y ahora desde
Valladolid se ha quedado en dos ocasiones a las puertas de acceder a las
audiciones a ciegas del popular programa de A3 televisión, “La Voz”.
Nacida en Bulgaria, pero criada en Nava de la Asunción desde los seis años, Adriana llegó a ganar en 2017 la primera
edición del concurso “Gana con tu voz”, el paso previo que se organiza en catorce
centros comerciales de toda España para elegir el nuevo talento musical que
acceda a la última fase del casting del programa “La voz”. Tenía entonces 22 años y logró imponerse a cientos de participantes en la fase
celebrada en el centro comercial Vallsur de la capital vallisoletana.
“En aquella ocasión el programa se emitía en Tele 5, ahora
lo lleva Antena 3 y lo hacen de otra forma. Solo van a ciertas ciudades que
tengan grandes centros comerciales que puedan absorber este tipo de concursos y
formatos. Van buscando talentos que en el camino oficial para llegar a La voz
no han podido entrar. Van itinerantes por España y en Valladolid se eligió la
representante de Castilla y León, aunque no significa que sólo pueda apuntarse
gente de Valladolid, pueden de cualquier sitio. Los tres más votados por internet pasan a la
siguiente fase, a los que se unen otros 47 seleccionados por voto profesional
llegado desde Madrid. Todos deben pasar varias cribas” señala Adriana Ángelo.
El premio de aquella primera victoria suponía grabar un
single con el productor musical Toni Sánchez Olson y el pase de piano para el
casting de La voz. Al ganar el concurso, Adriana tuvo que acudir a la
final nacional en Madrid con los representantes de las otras comunidades
autónomas, “el productor buscaba en ese momento un estilo distinto, más disco,
más electrónico y me tocó cantar la primera. Canté un tema de David Bisbal,
“Dígale” y no acabé de estar cómoda, porque fue todo muy rápido y con tema
distinto al que pensaba llevar. Ponen unas condiciones muy concretas. Ellos
tenían una idea muy concreta y no me cogieron” recuerda la joven, destacando
algunos de los entresijos de este tipo de programas, “te hacen una entrevista
grabada para que quede constancia y la audición es a puerta cerrada. Además del
nivel vocal, creo que también cuenta la imagen, cómo puedes vender tú, qué es
lo que tienes, en la entrevista comprueban hasta si has tenido un pasado
complicado. Buscan algo rompedor, televisivo, un producto. Pero a veces,
también hay cosas que parece que estén todas pensadas”.
Alto nivel
La joven destaca también el alto nivel de los participantes
que acuden a las pruebas finales, “alguno ya había participado en La voz kids,
otro finalista era conocido de no sé quién. Al final, vi que la única
desconocida real, era yo. Nos hicieron un calentamiento general de la voz y
luego fuimos cantando dos temas cada uno. Les pareció genial y quedaron
encantados con mi voz, prometiendo ponerse en contacto conmigo para ver si
accedía a las “audiciones a ciegas”. No hubo suerte. Me quedé un poco triste,
pero tampoco lo di por perdido, porque el concurso vuelve.”
Y volvió. Dos años después de aquella agradable experiencia,
Adriana lo ha vuelto a intentar, quedando también entre las cantantes
finalistas,” lo he vuelto a intentar porque, además de ser una forma de acceder
al programa, era una plataforma para conocer a gente con talento en Valladolid
y que comparte mi afición. Para mí, aquella primera victoria me hizo sentir
orgullosa, lo primero. Después de trabajar en varias orquestas, sabía que tenía
mi técnica vocal, pero no me sentía muy segura de sí era realmente buena. Esa
victoria me confirmó que podría llegar a algo, fue un reconocimiento que sirvió
para creérmelo un poco, para tener fe en mí. Y me hizo trabajar mucho más,
cantar mejor y seguir estudiando. Esta segunda experiencia ha sido positiva,
aunque era muy difícil que el mismo concurso, con la misma forma de acceso y
dos años después, lo ganase la misma persona en la misma provincia, pero al
quedar entre los finalistas me enorgullece” afirma Adriana, quien dice haberse
sentido “bastante más segura, porque ya sabía de lo que trataba el programa, ya
había vivido la experiencia”. La joven artista no descarta volver a intentarlo
dentro de unos años, aunque lo haría en otra provincia. Ahora, seguirá dando
pasos en su carrera musical, seguirá con su exitoso canal musical en YouTube,
“This cover me”, donde interpreta versiones de temas conocidos y pronto
iniciará una colaboración con el músico vallisoletano, Pablo Amoon, jurado del
programa que posibilitó el acceso directo de Adriana a la final del concurso. “Voy a seguir luchando por mi carrera musical,
considero que los programas de la TV, además de ser una gran plataforma para el
reconocimiento público, también te atan un poco, así que prefiero mantener
relaciones que me pueden aportar cosas musicalmente hablando y seguir con lo
mío, entrando por la puerta que sea y cómo sea. Pero eso sí, entrando con el
pie derecho” concluye.
Los orígenes búlgaros de Adriana confirman sus genes musicales,
ya que en la familia de su madre son músicos casi todos. Son pequeños virtuosos,
aunque sólo su madre llegó a estudiar en el conservatorio. Ella fue la primera preparadora
de Adriana, “es bastante crítica y dura, porque cantando no se comporta como
madre, si no como persona que escucha desde fuera” comenta. Ambas han
cantado alguna vez juntas y es uno de los pilares familiares con los que
siempre ha contado Adriana, “el apoyo familiar ha estado siempre. Me han dado
siempre fuerza y ánimos para continuar y lo veían desde el punto de vista
realista, me han puesto lo pies en el suelo cuando ha hecho falta. Mi padre me
llevaba y me traía a Medina y le ha tocado trasnochar mucho. Al no llegar al
programa se sintieron algo tristes, pero me han apoyado siempre, lo mismo que
mi novio”.
Adriana, de momento no tiene la nacionalidad española,
porque Bulgaria no permite la doble nacionalidad, “me siento española y estoy
muy adaptaba, mi vida está aquí, porque llegué en 2003, con seis años y me
costó mucho aprender el idioma porque todavía estaba aprendiendo mi idioma materno
y al llegar aquí fue un choque a todos los niveles. Mi hermana tenía dos años y
le costó menos, pero yo al principio empecé a hablar como los indios” comenta,
recordando con añoranza aquellos primeros años en su nuevo país.
“Ya en España, me regalaron un radiocasete y como tenía
botón para grabar, cogía las casetes de mis padres y grababa encima de sus
cantantes favoritos con mi voz. Primero canciones en búlgaro que escuchaba mi
madre. Esas grabaciones no se las enseñé a mis padres hasta que tuve unos diez años,
y se quedaron sorprendidos. Poco a poco fui mejorando, llegó el karaoke y me
grababa. Lo comenté a mi profesora de música del colegio y le llevé una
grabación. Sin decirme nada se la puso a mis compañeros de primaria y se
sorprendieron, me hicieron salir a cantar, pero como pasé mucha vergüenza lo
tuve que hacer mirando a la pizarra. A partir de ahí, en todos los actos del
colegio me pedían que hiciera alguna canción, con el tema de Titanic como mi
canción estrella” recuerda.
Ya en el instituto, con 15 años, una amiga de Adriana vio en el periódico un anuncio donde se buscaba una cantante para el cuarteto Alta visión, para salir de gira por diferentes pueblos. “Me animó porque eran de Medina del Campo y estaba cerca. Se lo dije a mis padres y accedieron. Como tenían pocas galas, pude compaginarlo bien con los estudios. Ahí ya me metí en otros estilos, con temas en español. Me trataron como una hija y tuve que ir a las actuaciones con autorización firmada de mis padres”.
Ya en el instituto, con 15 años, una amiga de Adriana vio en el periódico un anuncio donde se buscaba una cantante para el cuarteto Alta visión, para salir de gira por diferentes pueblos. “Me animó porque eran de Medina del Campo y estaba cerca. Se lo dije a mis padres y accedieron. Como tenían pocas galas, pude compaginarlo bien con los estudios. Ahí ya me metí en otros estilos, con temas en español. Me trataron como una hija y tuve que ir a las actuaciones con autorización firmada de mis padres”.
Con 16 años, empezó a
ir a pueblos más grandes. Estuvo dos años con ellos y luego se dio un descanso
para intentar sacar el bachillerato. Se marchó después a Palencia a estudiar
Prótesis dental y, como echaba las actuaciones de menos, se animó a apuntarse a
Jade FM, una orquesta de siete componentes con bastantes más galas que la
anterior, “que me proporcionaron una ayuda económica para sacarme los estudios.
Recorrimos todo Castilla y León y parte de Extremadura, se pasa todo el verano
trabajando y es bastante agotador, pero me gustaba. Cuando ya tuve que mirar mi
futuro tras acabar los estudios, les dije que no podía seguir, porque me
trasladé a Valladolid y empecé a trabajar como protésico dental en una empresa,
hasta hoy.”
Con referentes musicales como la cantante búlgara Preslava, o
la internacional Beyoncé y los españoles David Bisbal e India Martínez, Adriana
Ángelo trata de crear su propio estilo musical, un pop fusionado con toques balcánicos
y aflamencados. Ahora se limita a actuaciones más íntimas, pero en un futuro le
gustaría hacer conciertos con mucho público, los tiempos de cantar de cara a la
pizarra quedaron atrás, “si no lo consigo, me quedaré con mis conciertos más
pequeños, pero disfrutándolos igual.”
ADRIANA ACTUARÁ EL PRÓXIMO 13 DE JULIO EN LA GALA DE LOS PREMIOS NAVA 2019
ADRIANA ACTUARÁ EL PRÓXIMO 13 DE JULIO EN LA GALA DE LOS PREMIOS NAVA 2019