Archivan la querella de Julián Mateo contra el lotero Raúl Garzón por no
guardarle un boleto premiado con 200.000 euros
«Solo espero que los
que dijeron que yo era un estafador, ahora vean que no lo soy, porque la gente
de mi entorno nunca lo puso en duda», señala el lotero Raúl Garzón. Siete
años después de que el empresario de Nava de la Asunción, Julián Mateo, se
querellara contra él por no guardarle el décimo de un número de la Lotería
Nacional al que llevaba abonado desde hacía seis años y que resultó premiado
con 200.000 euros, la Audiencia de Segovia ha dado carpetazo a la investigación
penal, aunque deja abierta la posibilidad de recurrir a la vía civil.
Nada menos que catorce millones de euros repartió el 2 de julio de 2011 en Nava de la Asunción el primer premio de un sorteo extraordinario de la Lotería Nacional. Fueron muchos los vecinos agraciados con los 200.000 euros que correspondieron a cada décimo del número 32.518, vendidos en buena parte entre los clientes del bar Punto de Encuentro. Pero entre ellos no estaba el empresario Julián Mateo Olmos, presidente del Club Balonmano Nava y fiel al número 32.518 desde 2005. Mateo estaba de vacaciones cuando conoció la noticia y, tras ponerse en contacto con el titular de la administración de loterías Vinces, Raúl Garzón, este argumentó que había devuelto el décimo, al no haber sido abonado. El empresario, que no aceptó la explicación al considerar que la situación era similar a la de ocasiones anteriores, en las que la administración le había guardado el boleto, presentó una querella acusándole de supuesta apropiación indebida. Tras siete años de litigios, la Audiencia de Segovia ha dado la razón al lotero al desestimar el recurso de apelación interpuesto por Julián Mateo contra el auto dictado por el Juzgado de Instrucción de Santa María la Real de Nieva el pasado mayo, en el que se decretó el sobreseimiento provisional y archivo de las actuaciones.
En la resolución judicial se afirma que «la investigación económica llevada a cabo no ha detectado la
existencia de trasvases de dinero efectuados de forma directa o indirecta»
a favor de Raúl Garzón, y tampoco se han detectado en las cuentas bancarias de éste,
movimientos atípicos de fondos que sean imputables a cobros no procedentes de
la actividad de venta de lotería. «Esto
es, no existe ningún indicio sólido que avale la tesis de que el titular de la
administración hubiese cobrado el importe del premio correspondiente al décimo
de lotería supuestamente reservado al querellante, mediante la colaboración
fraudulenta» de una vecina de la localidad, que también resultó agraciada
con un décimo.
El titular de la Administración de loterías, Raúl Garzón |
Nada menos que catorce millones de euros repartió el 2 de julio de 2011 en Nava de la Asunción el primer premio de un sorteo extraordinario de la Lotería Nacional. Fueron muchos los vecinos agraciados con los 200.000 euros que correspondieron a cada décimo del número 32.518, vendidos en buena parte entre los clientes del bar Punto de Encuentro. Pero entre ellos no estaba el empresario Julián Mateo Olmos, presidente del Club Balonmano Nava y fiel al número 32.518 desde 2005. Mateo estaba de vacaciones cuando conoció la noticia y, tras ponerse en contacto con el titular de la administración de loterías Vinces, Raúl Garzón, este argumentó que había devuelto el décimo, al no haber sido abonado. El empresario, que no aceptó la explicación al considerar que la situación era similar a la de ocasiones anteriores, en las que la administración le había guardado el boleto, presentó una querella acusándole de supuesta apropiación indebida. Tras siete años de litigios, la Audiencia de Segovia ha dado la razón al lotero al desestimar el recurso de apelación interpuesto por Julián Mateo contra el auto dictado por el Juzgado de Instrucción de Santa María la Real de Nieva el pasado mayo, en el que se decretó el sobreseimiento provisional y archivo de las actuaciones.
El demandante, Julián Mateo |
El contenido del informe redactado por los especialistas del
Departamento de Grafística del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil
tampoco avala la hipótesis de la acusación en la que se basaba el recurso de
apelación, ya que «no se ha detectado
traza alguna» de que el décimo del número cobrado por esta vecina «hubiera
tenido escrito en su margen superior el texto ‘Cristina Fresa’», como se
hacía normalmente con los décimos reservados al empresario. «A ello se añade que los agujeros de las
grapas de los dos décimos de los números de lotería 32581 y 52948 analizados en
el referido informe parecen indicar que no han estado grapados uno al otro
(como se hacía en la administración de lotería con los décimos de los dos
números reservados al querellante), ya que los agujeros no coinciden totalmente
al constatarse un desplazamiento lateral de 0,5 centímetros, que es
relativamente importante a la vista del tamaño de los décimos».
La investigación acreditó que la administración de lotería
de Nava de la Asunción devolvió el mismo día 2 de julio de 2011 a Loterías y
Apuestas del Estado doce décimos del número premiado (32581) y que uno de estos
décimos también «presenta señales de
haber estado grapado a otro documento, lo que resulta plenamente compatible con
las declaraciones del querellado» en el sentido de que el décimo
inicialmente reservado al empresario «había
sido devuelto al no resultar retirado por el querellante o su esposa antes del
sorteo», lo que, por otro lado coincide con lo manifestado por el lotero en
una de las conversaciones telefónicas mantenidas con el abogado de Julián Mateo
después de que se supiera que el boleto había resultado premiado.
Aunque las diligencias de instrucción no permitieron aclarar
plenamente si el importe del décimo había sido pagado por el querellante o su
esposa antes de la celebración del sorteo, los magistrados de la Sala
provincial señalan que «las declaraciones de los testigos de la parte
querellante que afirman haber visto cómo se realizaba el pago antes del sorteo
resultan dudosas, tanto por la vinculación de dichos testigos con el señor
Mateo Olmos como por el resultado de la diligencia de careo». A ello se añade «que no se hizo referencia alguna a dicho
pago en el escrito inicial de querella, en el que incluso se indicó
expresamente que el pago de los décimos supuestamente reservados al señor Mateo
se hacía normalmente por la esposa de este a principios de cada mes en el
momento de la retirada de los décimos». La dudosidad de algunos testigos de
la acusación, es confirmada por el propietario de la administración Vinces, “hubo dos personas que declararon haber
estado presentes cuando Julián me pagó la lotería, diciendo que yo no se la di.
Dos personas que yo no había visto en mi vida y que son, su socio en Huelva y
el hijo de éste. Se hizo un careo y se contradijeron en sus declaraciones, como
también se fue cayendo en otras contradicciones a medida que se iban quedando
sin argumentos”.
Raúl recuerda también como en su momento llegó a temer que
le cerraran la administración, “cuando
ocurrió todo, me puse en contacto con Loterías para que estuvieran prevenidos,
pero me tranquilizaron. En ningún momento se puso en duda un cierre momentáneo
de la administración, que podía haber sido, porque el demandante me dijo que
tenía mucho poder con los medios de comunicación y me iba a enterar. Y vaya si
lo cumplió, tuve que hablar con toda la prensa posible”.
Tras el archivo del caso, Raúl Garzón confiesa que «lo he pasado muy mal, porque me han
mirado todas las cuentas de arriba abajo, me ha tocado mandar multitud de
escritos, ir mil veces al juzgado porque el proceso se ha alargado
innecesariamente, y no por la justicia, sino porque se han hecho muchos recursos.
Ha sido muy duro, pero yo tenía la esperanza de que el tiempo pusiera a cada
uno en su sitio», señala Garzón. «Fue
un descrédito a nivel nacional, porque salió en todos los medios de
comunicación, vino toda la prensa. Se pasa muy mal y sufrí mucho, pero yo tenía
las cosas claras y las cuentas son las que son y el negocio es el que es. Nunca
tuve un problema antes de este caso y nunca lo he tenido después», afirma
el titular de la administración de lotería, quien al echar la vista atrás
recuerda con amargura cómo algún vecino, desde el anonimato de la oscuridad de
la noche, llegó a llamarle ladrón por la calle.
Por su parte, Julián
Mateo no da por concluido el proceso.
«Este tema no está cerrado, porque hay posibilidad de encararlo por lo civil.
Mis asesores están estudiando todas las posibles opciones», comenta el
empresario. El propietario de Viveros Herol se mantiene firme en los argumentos
que ha venido exponiendo durante el proceso.
«Ni negocio se basa en la confianza y el ambiente se enrareció»
«Mi negocio, en gran
medida, se basa en la confianza. Cuando mis clientes llegaban a la
administración con una bonoloto a preguntar si había tocado algo y les decía
que no, lo tiraban a la papelera, y a raíz de lo que pasó, muchos se lo guardaban
para comprobarlo personalmente. El ambiente con la clientela se enrareció»,
señala Raúl Garzón. No obstante, agradece que fueran muchos los clientes que le
mostraron su apoyo, especialmente los de los numerosos pueblos del entorno de
Nava a los que acude a vender lotería, aunque desde entonces muchos le conozcan como Raúl ‘el del décimo’.