Como tantas cosas, se había hecho esperar. Con la llegada de la Fase 1 se han retomado los mercadillos en muchas poblaciones y en Nava lo hizo el pasado viernes 29, con la presencia de prácticamente todos los puestos dedicados al sector alimenticio o la venta de plantas. Pese a ello, el aspecto de las plazas Mayor y Asunción, ha distado mucho en este primer día, de parecer el de una jornada normal de mercado, viéndose bastante menos público de lo habitual y zonas sin ningún puesto. Pese a ello, los comerciantes se han mostrado satisfechos por volver poco a poco a la normalidad. Eso sí, con importantes medidas de prevención...
“La gente
ha vuelto a los mercados muy respetuosa y agradecida”; Susana Herranz Velasco, vendedora de
fruta y verdura en mercadillos
Susana lleva
casi cuarenta años dedicándose a la venta ambulante de frutas y verduras.
Primero acompañando a sus padres de pueblo en pueblo y desde 1992 por cuenta
propia. Así hasta el pasado viernes 13 de marzo, cuando tuvo que parar en
seco a causa del confinamiento provocado por la Covid-19. Más de dos meses de
parón que han finalizado estos días con la autorización parcial de la
reapertura de los mercados. “los que se cerraron se abrieron ya el pasado
lunes, aunque no todos estaban cerrados, en algunos pueblos si han dejado
abrirlos, era según los ayuntamientos. Más que una prohibición era una
recomendación para prevenir” comenta Susana, recordando que cuando tuvo que
parar de trabajar afortunadamente no echó a perder género, “No me sobró mucho,
porque últimamente estaba haciendo solo los mercados de Santa María de Nieva y
Nava de la Asunción y compro el día anterior en Frutas Hernández de Segovia. Si
me sobra suelo guardarlo para el mercado siguiente, pero ese último día la
gente hizo mejores compras y lo poco que sobró, nos lo comimos nosotros después
en familia”.
Para la vuelta y como prevención, Susana ha optado por
convertir su puesto de venta en prácticamente un invernadero, cubriéndolo en su
mayor parte con plástico transparente que deja ver perfectamente los productos
sin permitir que los clientes los puedan tocar.
Estrictas medidas de protección
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Además, ella lleva guantes,
mascarilla y pantalla protectora. Con el dinero en efectivo que recibe está
poniendo especial cuidado, dejándolo apartado y desinfectándolo con alcohol,
por lo que el cambio a los clientes lo efectúa con monedas que lleva limpias
desde casa. Lavarse con alcohol tras cada contacto con dinero, es otra medida
que repite constantemente. “La gente se lo ha tomado bien, van muy respetuosos
y agradecidos. Les ha gustado por estar bien protegidos, además, al poner el
plástico no hace tanta falta mantener los dos metros de distancia, yo creía que
era un poco aparatoso, pero la gente lo ha tomado bien. Cuando acabo, lo
pulverizo bien con el alcohol antes de recogerlo. Se trabaja con más
tranquilidad, los clientes piden y yo se lo saco por un lateral o se lo meto a
sus carros o bolsas directamente” destaca.
La afluencia de la clientela, sin llegar a parecerse a
fechas previas al confinamiento, sí que se está recuperando en estos primeros
días de regreso de los puestos de alimentación a los mercadillos, “el primer
día en Santa María fue muy bien, parecía un mercado como los de antes, fue
genial. En Nava el fallo fue que no se había enterado mucha gente, luego me han
preguntado por el móvil porque no lo sabían. Aun así, para el miedo que hay y
ser el primer día, acudió mucha gente” apunta Susana Herranz, destacando
también cómo al primer mercado de la desescalada, a Nava acudieron todos los
puestos habituales de alimentación y plantas, “solo faltó uno de venta de
embutidos, porque Joaqui, la que lo lleva, tiene niños pequeños con clases “on
line” y no los puede dejar con nadie”.
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Susana en su primer mercadillo en Santa María |
Los precios de los productos sí que parecen haber variado
tras el parón obligado, “están desorbitados, ha subido todo una barbaridad,
especialmente la fruta de verano que está un euro más cara que el año pasado y
aun así la gente está tirando mucho de sandías y melones” destaca Susana, sin
atreverse a hacer predicciones sobre cómo se plantea el futuro de su sector, aunque
sí desea que todo vuelva a la normalidad lo antes posible ”el futuro lo tenemos
todos un poco en el aire, pero ojalá pueda volver a los mercados toda la
gente más mayor que sí se ha echado en falta, bien porque no se han enterado o
porque les da miedo, pero de momento, no está acudiendo” concluye.