
Todavía recuerdo cuando estaba estudiando periodismo en la U. Complutense de Madrid y remodelaron la estación de metro Ciudad Universitaria. Pues bien, justo junto a las escaleras por donde pasan diariamente miles de jóvenes universitarios se podían leer estos versos, que espero que allí sigan:
«Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde;
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante».
Jaime Gil de Biedma

Pasé muchos días junto a aquellos versos y no hubo un solo día que no me sintiera orgulloso de la “parte” que me tocaban.
Viendo las fotos de los asistentes a las entregas del premio que lleva su nombre se puede confirmar y contar con los dedos de una mano los que acuden por un verdadero interés cultural. La mayor parte de los que asisten, lo hacen por otros intereses también respetables, que van desde el apego al equipo de gobierno de turno(pocos), el apego a los niños ganadores de premios o a los pinchos y al vino posterior...
Da igual el motivo, lo importante es apoyar uno de los pocos actos culturales con trascendencia que tiene nuestro pueblo.¿Dónde estaban todos esos “cultos” de izquierdas que hasta hace dos años llenaban el salón de actos?¿Dónde estaban los cultos de derechas? ¿O es que van a tener que soltar una vaquilla para que se llene de gente?
Puedo entender las ausencias por esa frase tan recurrente que dice algo así como “a mí es que no me gusta la poesía porque no la entiendo”. Puedo comprenderla porque somos muchos los que no hemos aprendido a amar, entender o apreciar la poesía suficientemente. Pero también es cierto que nunca es tarde para empezar una relación, y que mejor acercamiento que este tipo de actos.
Con lo que no puedo es con esa crítica feroz que se hace al premio desde aspectos que nada tienen que ver con la cultura. Más que al premio, al propio Gil de Biedma o a su familia. Que si era un borracho, que si era maricón, que si la familia no se mezclaba con los del pueblo o que si nadie le conocía hasta que se murió. Seguramente, todas afirmaciones ciertas, pero que poco tienen que ver con la valía artística de la única personalidad verdaderamente importante que ha tenido una estrecha vinculación con Nava.