Tenemos un alcalde soso, quizás más soso que el agua de fregar, muy buena persona sí, pero soso como el sólo. No es que sea un defecto, tampoco una virtud, es que es... ¡soso!.
Afortunadamente, Santiago suele realizar intervenciones cortas en sus obligadas apariciones públicas, pues está más que demostrado que su dialéctica tiene el mismo efecto soporífero que 20 valerianas.
Quiero pensar que es una deformación profesional de su anterior trabajo como secretario de ayuntamiento, pues hasta el momento, todos los secretarios que he visto “actuar” en plenos son similares en sus registros orales.
El día 27 de mayo se cumplen dos años de la victoria electoral del Partido Popular en las elecciones municipales ,y hay que preguntarse si esa sosez se ha visto reflejada en su política municipal,si la esconderá cuando acuda a pedir subvenciones, ayudas o lo que se tercie en beneficio de Nava, porque si no es así me da a mi que los dineros acabarán en pueblos vecinos.
Sobre el tema de las subvenciones, tengo que decir que aunque esté totalmente a favor de la construcción del albergue municipal, se me cae el alma a los pies cuando paso junto a las obras y las veo más paradas que la cola del Inem . Parece que la única explicación es la falta de dinero para afrontar su total remodelación y según dicen están intentando buscar fondos por encima de las estrellas, pero como no lo saquen adelante, más que un albergue puede convertirse en un cementerio, pero de votos.
Pensándolo bien puede que más que soso, el problema del alcalde sea que es excesivamente discreto. Hay muchas profesiones donde pasar desapercibido es un mérito a destacar, pero no la alcaldía de un pueblo. Santiago tiene que hacerse notar más, tiene que dejarse ver y por qué no decirlo, tiene que mejorar su oratoria.
Yo sigo confiando en él, aunque haya perdido parte de la ilusión de un cambio importante a nivel local tras su elección de 2007. Pero mi ilusión no es la importante, lo importante es saber si este partido popular de retales locales será capaz de mantener la ilusión de sus votantes, si es que no la han perdido ya...