Tras el éxito del año pasado, Moraleja volvió a celebrar el pasado domingo un nuevo encierro por el campo. Un festejo donde el buen ambiente fue el protagonista y donde ya antes de soltarse los astados se pudo ver a numerosos aficionados degustar aguardiente y pastas. La incertidumbre del tiempo restó algo de público respecto al año pasado, pero varias decenas de caballistas no faltaron a la cita ni al almuerzo posterior, con productos de la carnicería local. Los conciertos que también se celebraron, contaron con una gran animación y hasta los más pequeños dispusieron de colchonetas hinchables para divertirse. Una caída de un jinete y tres caballos heridos fueron los únicos incidentes durante el recorrido dejando, tras finalizar, muy buen sabor de boca a los organizadores. De hecho, ya están pensando superarse en la edición del año que viene porque, si algo caracteriza este encierro, "es el buen ambiente, lo bien que se lo pasan los caballistas y la fiesta que se prepara".