En Semana Santa tuve una conversación de bar con nuestro alcalde ,Santiago, y me alegró porque no siempre es fácil conseguir unos momentos de su tiempo. De hecho casi estoy por decir que como corresponsal me era más fácil conseguir una entrevista con Juanjo.
En los próximos días escribiré un post con, a grandes rasgos, los proyectos que me comentó pero antes he querido hacer una reflexión...
Me imagino que cuando el alcalde habla conmigo es consciente de que la información que me da la puedo utilizar en alguna crónica o aquí, pero por si las moscas utilizaré el “presuntamente piensa el alcalde” o el “me pareció entender del alcalde” no sea que vaya a mandar un comunicado al blog lavándose las manos de mi interpretación de sus palabras. Y por favor si a alguien no le parecen bien mis conclusiones que no se lo diga al alcalde porque seguro que con tal de quedar bien con todo el mundo cambia de parecer...
Voy a reflejar algunas de las características que a mi juicio debe tener el primer edil de un pueblo, sin entrar en si Santiago las reúne o no.
Un alcalde tiene que tener lo primero un equipo, un buen equipo. Un grupo de personas dispuestas a dar la cara por él, a arroparle en cada momento e incluso a ver las cosas que se le puedan escapar.
Un alcalde tiene que ser honesto sí, pero también tiene que tener picardía y habilidades sociales. Eso que algunos dirían ser malo cuando hay que serlo.
Un alcalde tiene que poner a la oposición en su sitio, y estar con mil ojos ante los zarpazos de una bestia herida que se revuelve a la menor oportunidad.
Un alcalde tiene que prevenir las provocaciones y si se dan, estar por encima de ellas pero después tomar las medidas necesarias.
Un alcalde tiene que fiarse de sus empleados, necesita gente de confianza a su alrededor...
Yo a nuestro regidor le recomendaría la lectura de un libro, “El príncipe” de Maquiavelo, “Un Príncipe ( o un alcalde ) debe basarse en sí mismo: la ley, por un lado, y la astucia y la fuerza por otro” Una lectura que si no la tuvo Juan José Maroto en su mesilla de noche durante ocho años, no andaría muy lejos.”Un príncipe (o alcalde)debe estar disfrazado -porque lo obliga la situación- sus a primera vista injustas, inmorales e irreligiosas acciones porque la política para la generalidad es el reino de las apariencias, ya que todos ven lo que pareces, pero pocos palpan lo que eres”.
Meditando estas frases, me llevan a pensar que nuestro primer edil aun se encuentra en periodo de aprendizaje, pero aprende rápido, aunque ese aprendizaje sea a base de golpes. Y ya no es tiempo de aprendizajes sino de liderazgo y de puesta en práctica de más promesas electorales.
Señor Santiago de la Cruz Jiménez, el pueblo le dio su confianza y espero que no le defraude. Es el primer alcalde popular de Nava de la Asunción elegido en el siglo XXI y nuestro pueblo necesita un alcalde con visión e ideas de futuro, que se pueden tener perfectamente aun siendo del Partido popular y aunque les de algún disgusto al ala más conservadora de su candidatura visible y de retaguardia.
No dudo de su eficacia como regidor y de sus buenas intenciones para los próximos años, pero TODOS esperamos más de usted.
¡ÁNIMO!
En los próximos días escribiré un post con, a grandes rasgos, los proyectos que me comentó pero antes he querido hacer una reflexión...
Me imagino que cuando el alcalde habla conmigo es consciente de que la información que me da la puedo utilizar en alguna crónica o aquí, pero por si las moscas utilizaré el “presuntamente piensa el alcalde” o el “me pareció entender del alcalde” no sea que vaya a mandar un comunicado al blog lavándose las manos de mi interpretación de sus palabras. Y por favor si a alguien no le parecen bien mis conclusiones que no se lo diga al alcalde porque seguro que con tal de quedar bien con todo el mundo cambia de parecer...
Voy a reflejar algunas de las características que a mi juicio debe tener el primer edil de un pueblo, sin entrar en si Santiago las reúne o no.
Un alcalde tiene que tener lo primero un equipo, un buen equipo. Un grupo de personas dispuestas a dar la cara por él, a arroparle en cada momento e incluso a ver las cosas que se le puedan escapar.
Un alcalde tiene que ser honesto sí, pero también tiene que tener picardía y habilidades sociales. Eso que algunos dirían ser malo cuando hay que serlo.
Un alcalde tiene que poner a la oposición en su sitio, y estar con mil ojos ante los zarpazos de una bestia herida que se revuelve a la menor oportunidad.
Un alcalde tiene que prevenir las provocaciones y si se dan, estar por encima de ellas pero después tomar las medidas necesarias.
Un alcalde tiene que fiarse de sus empleados, necesita gente de confianza a su alrededor...
Yo a nuestro regidor le recomendaría la lectura de un libro, “El príncipe” de Maquiavelo, “Un Príncipe ( o un alcalde ) debe basarse en sí mismo: la ley, por un lado, y la astucia y la fuerza por otro” Una lectura que si no la tuvo Juan José Maroto en su mesilla de noche durante ocho años, no andaría muy lejos.”Un príncipe (o alcalde)debe estar disfrazado -porque lo obliga la situación- sus a primera vista injustas, inmorales e irreligiosas acciones porque la política para la generalidad es el reino de las apariencias, ya que todos ven lo que pareces, pero pocos palpan lo que eres”.
Meditando estas frases, me llevan a pensar que nuestro primer edil aun se encuentra en periodo de aprendizaje, pero aprende rápido, aunque ese aprendizaje sea a base de golpes. Y ya no es tiempo de aprendizajes sino de liderazgo y de puesta en práctica de más promesas electorales.
Señor Santiago de la Cruz Jiménez, el pueblo le dio su confianza y espero que no le defraude. Es el primer alcalde popular de Nava de la Asunción elegido en el siglo XXI y nuestro pueblo necesita un alcalde con visión e ideas de futuro, que se pueden tener perfectamente aun siendo del Partido popular y aunque les de algún disgusto al ala más conservadora de su candidatura visible y de retaguardia.
No dudo de su eficacia como regidor y de sus buenas intenciones para los próximos años, pero TODOS esperamos más de usted.
¡ÁNIMO!