LAS FIESTAS, ¿NI TOCARLAS?

Hay un viejo lema que dice que lo que tiene éxito, mejor no tocarlo. Quizás eso es lo que ocurre con el programa de las fiestas patronales de Nava. Si uno consulta un programa de las fiestas de hace veinte años y lo compara con el de este año, podrá apreciar que son prácticamente idénticos, al menos en los festejos que componen la columna vertebral de las celebraciones en honor al Cristo de la Expiración. Los toros, la pelota y las verbenas no han faltado nunca, al igual que los actos religiosos con el patrón como protagonista.
De nada ha servido que hayan pasado por el ayuntamiento alcaldes de diferentes ideologías y de diferentes edades. Ninguno se ha atrevido a innovar lo suficiente como para dejar huella dando un giro a un programa con festejos tan arraigados.
Sí es cierto que cada equipo de gobierno ha tratado de dar su toque personal a los festejos, pero con cambios con poca relevancia, o que el tiempo ha dejado en el olvido. Es el caso de la inclusión hace años de un segundo encierro nocturno durante los últimos días de fiestas. El mismo equipo que decidió incluir este festejo, lo retiró al poco tiempo, o cuando se retransmitió el encierro nocturno en directo con decenas de cámaras, todo un despliegue que no tuvo la valoración que se pretendía.
Más suerte han corrido festejos menores incluidos en los últimos años, como la paellada o la fiesta de la espuma que se siguen celebrando con gran seguimiento popular .Lo mismo ocurre con el “fútbol-vaca” que empezó casi como una broma y ya es un festejo tradicional.
Y si nadie se imagina unas celebraciones en Nava sin toros o sin las jotas de la procesión, tampoco ha desaparecido con los años la pelota a mano, muy criticada en tiempos pretéritos y con larga tradición en Nava y alrededores. Aunque el público de este deporte ha descendido, siguen acudiendo al frontón cubierto de Nava centenares de aficionados atraídos por partidos en principio de gran interés.
Pero si los festejos no han cambiado considerablemente, sí lo ha hecho el diseño del propio programa en sí. Si hace unos años se limitaba a unas hojas en blanco con la información de actos detallada y una bonita fotografía en la portada, en los últimos tiempos se están confeccionando programas con un cuidado diseño que no dejan a nadie indiferente. Atrás quedan algunos polémicos programas que llegaron a utilizarse para mostrar mediante fotografías los logros obtenidos por el equipo de gobierno de turno. Hoy las únicas polémicas sobre el programa se centran en valorar su calidad estética y artística pues el contenido los vecinos ya lo saben antes de que salga. Y si no, se lo imaginan.