La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha invertido más de 60.000 euros en la remodelación del interior y exterior de la terminal de autobuses de Nava de la Asunción. Sí, estáis leyendo bien. Más de 60.000 euros en una estación de autobuses que NUNCA, desde que se construyera en los años noventa, ha tenido una utilidad significativa. ¿Tan mal estaba para hacer este gasto en estos tiempos?
Para comprobar que este dineral se ha gastado ¿adecuadamente? hasta Nava han acudido el director general de Transportes, Ignacio Santos, y el delegado territorial de la Junta de Castilla Y León en Segovia, Javier López Escobar. A la foto se han unido el senador y ex alcalde de Coca, Juan Carlos Álvarez y el jefe de la oposición, Eduardo Verdugo.Quizás para restarle importancia al acto y al gasto innecesario, nuestro alcalde, JJ Maroto, llevaba esas pintas en la foto oficial del acto. No es que el vestir bien haya sido nunca una de sus virtudes, pero al menos en este tipo de eventos, con autoridades, debería tener a alguien que le aconseje.
Volviendo a la remodelación, decir que en el exterior se ha renovado el asfalto, se ha pintado y cambiado la iluminación a una de menor gasto y se han arreglado los pilares en mal estado. Del interior también se ha cambiado la iluminación y se ha mejorado la cubierta, entre otros aspectos menores.
Y después de todo esto, se me vienen varias preguntas a la cabeza. ¿Esta importante inversión hará aumentar el número de líneas o de autobuses en las que ya tenemos?¿este gasto convertirá el lugar en más atractivo para los posibles clientes? Ya sabéis la respuesta.
Entiendo que el ayuntamiento habrá dicho: -"Hay 60000 euros que van a invertir en una estación que casi no se usa, pero como no nos van a dejar invertirlo en otro sitio, pues que lo gasten ahí. Ellos sabrán". Así va España. Gastando el dinero de los contribuyentes en lugares innecesarios porque no hay autoridades con dos dedos de frente que digan: -"No señores, no es necesario ni oportuno hacer ese despilfarro". Y luego, nos encontramos con aeropuertos fantasma, Centros de interpretación del palomo cojo o albergues en edificios de Caritas...
Si al ayuntamiento le hubiera tocado gastar dinero de su bolsillo en esta reforma de la estación, ya habría puesto el grito en el cielo para impedir el gasto.