Algunas veces (muy pocas desgraciadamente) alguien escribe un comentario en El cuarto poder 2.0 que además de bien escrito, puede ser de interés para los vecinos. Por primera vez desde que este blog naciera a principios de 2008, uno de esos comentarios salta a la portada del blog, y espero que se vuelva a repetir cuando haya otros comentarios dignos de ser destacados. Aunque personalmente no entre a opinar sobre el tema que trate.
Escrito el sábado 23 de abril de 2016:
Por lo que he visto y oído, el Ayuntamiento no sólo está vendiendo o intentando vender bienes municipales, sino que está dispuesto a endeudarse con el fin de terminar el tan traído y llevado pabellón polideportivo.
No entro ni salgo sobre el uso que se vaya a dar a dicho edificio.
Lo cierto es que Nava, pueblo, que es el mío, de unos 3000 habitantes, cuenta ya, sin ese pabellón, con unas instalaciones deportivas envidiables y que ya quisieran para sí muchos pueblos incluso mucho más grandes.
Por ello, lo que me pregunto y supongo que se pregunta mucha gente es :
¿Era necesario ese nuevo pabellón?
¿No había otras necesidades más urgentes?
¿Cuántos habitantes del pueblo disfrutarán, como deportistas o espectadores de esas instalaciones?
Si se responde sinceramente a esa pregunta, habrá que responder que no más de un 25%.
Y la pregunta siguiente sería: Si la mayoría del pueblo no va a beneficiarse de esas instalaciones de. coste millonario ¿Es lícito gastar lo que no se tiene?
Si un particular, que no anda demasiado bien económicamente, decidiera vender parte de sus bienes y endeudarse hasta las cejas para comprarse un Ferrari, diríamos simplemente que está mal de la cabeza. Pero como de lo suyo gasta, su forma de proceder sería de locos, pero lícita y legal.
Ahora bien. Si quien así actúa es un administrador de bienes ajenos (caso del ayuntamiento) la respuesta no puede ser la misma. Esa actitud se puede definir como despilfarro en lenguaje coloquial, y como administración desleal, como prevaricación desde el punto de vista legal.
No lo sé, y no lo puedo afirmar por tanto, pero imagino que la decisión, por cuestiones electorales probablemente, de construir ese pabellón, sin contar previamente con recursos, ha sido tomada tanto por corporaciones del PP como del PSOE.
Por ello la responsabilidad, incluso económica, es de todos y cada uno de los Concejales que han votado en algún momento a favor de ese despilfarro.
Así que, aviso para navengantes: Que nadie se extrañe si, de oficio o por denuncia de algún vecino con dos dedos de frente, se inicia una investigación para depurar responsabilidades, como digo, de todos y cada uno de los que han propiciado esta situación. Incluido alguno algunos de los funcionarios cuya obligación era la de advertir, bien de la ilegalidad de tales acuerdos, o de las dificultades económicas, por no decir imposibilidades, de acometer obras que, para un pueblo como Nava, han de calificarse de faraónicas.
Escrito el sábado 23 de abril de 2016:
Por lo que he visto y oído, el Ayuntamiento no sólo está vendiendo o intentando vender bienes municipales, sino que está dispuesto a endeudarse con el fin de terminar el tan traído y llevado pabellón polideportivo.
No entro ni salgo sobre el uso que se vaya a dar a dicho edificio.
Lo cierto es que Nava, pueblo, que es el mío, de unos 3000 habitantes, cuenta ya, sin ese pabellón, con unas instalaciones deportivas envidiables y que ya quisieran para sí muchos pueblos incluso mucho más grandes.
Por ello, lo que me pregunto y supongo que se pregunta mucha gente es :
¿Era necesario ese nuevo pabellón?
¿No había otras necesidades más urgentes?
¿Cuántos habitantes del pueblo disfrutarán, como deportistas o espectadores de esas instalaciones?
Si se responde sinceramente a esa pregunta, habrá que responder que no más de un 25%.
Y la pregunta siguiente sería: Si la mayoría del pueblo no va a beneficiarse de esas instalaciones de. coste millonario ¿Es lícito gastar lo que no se tiene?
Si un particular, que no anda demasiado bien económicamente, decidiera vender parte de sus bienes y endeudarse hasta las cejas para comprarse un Ferrari, diríamos simplemente que está mal de la cabeza. Pero como de lo suyo gasta, su forma de proceder sería de locos, pero lícita y legal.
Ahora bien. Si quien así actúa es un administrador de bienes ajenos (caso del ayuntamiento) la respuesta no puede ser la misma. Esa actitud se puede definir como despilfarro en lenguaje coloquial, y como administración desleal, como prevaricación desde el punto de vista legal.
No lo sé, y no lo puedo afirmar por tanto, pero imagino que la decisión, por cuestiones electorales probablemente, de construir ese pabellón, sin contar previamente con recursos, ha sido tomada tanto por corporaciones del PP como del PSOE.
Por ello la responsabilidad, incluso económica, es de todos y cada uno de los Concejales que han votado en algún momento a favor de ese despilfarro.
Así que, aviso para navengantes: Que nadie se extrañe si, de oficio o por denuncia de algún vecino con dos dedos de frente, se inicia una investigación para depurar responsabilidades, como digo, de todos y cada uno de los que han propiciado esta situación. Incluido alguno algunos de los funcionarios cuya obligación era la de advertir, bien de la ilegalidad de tales acuerdos, o de las dificultades económicas, por no decir imposibilidades, de acometer obras que, para un pueblo como Nava, han de calificarse de faraónicas.