Como cada
verano, la piscina municipal abre sus puertas. Unas instalaciones que dieron
problemas ya hace años, antes incluso de estar terminada, y cuyas deficiencias
técnicas nunca han sido solucionadas del todo, por más obras que se hayan
realizado. A los innumerables quebraderos de cabeza que ha dado esta joya
municipal se une ahora otro, tras el contrato realizado a la empresa SIMA para
explotar las instalaciones durante los dos últimos veranos y el que acaba de
comenzar.
Cuando la
empresa SIMA se quedó con la adjudicación de la piscina, en el contrato, además
de lo ofertado, se incluían 2000 euros en mejoras, quedando bien especificado
que eran a convenir con las anteriores adjudicatarias, a las que
contrataron para gestionar el bar. “Como todo lo que allí había era nuestro, a
ellos, por comodidad, les interesaba en lugar de comprarlo todo nuevo,
pagárnoslo a nosotras, no como nuevo pero echando un cálculo… Se firmó un papel
con ese acuerdo, pero no hay ninguno donde diga que nos han pagado esos 2000
euros y todo el problema viene de ahí, porque queremos que demuestren que nos
lo han pagado, dónde está el papel que lo demuestra, ellos llegaron y no
tuvieron que hacer nada, estaba todo allí porque era nuestro, incluso el
ayuntamiento no les pidió ningún justificante cuando a nosotros se nos exigió
de todo cuando se nos acabó el contrato, incluso fueron tres o cuatro del
ayuntamiento y pudimos demostrar esos 18.000 con facturas, estaba todo en perfecto estado. No entendemos
por qué a ellos no se les exigió nada”.
Las
anteriores adjudicatarias destacan la buena relación que tuvieron con los
responsables de SIMA el primer verano tras quedarse esta empresa con el
contrato de la piscina. “La relación el primer año fue buenísima, venían con
sus familias a cenar, era trato casi de familia y luego en el juicio dijeron
que casi ni nos conocían. El segundo año el jefe de SIMA no llegó a aparecer
por la piscina, le llamábamos y no fue capaz de aparecer. Nos han llegado a
amenazar, diciendo que como no hiciéramos las cosas como ellos querían nos
mandaban una inspección de trabajo” señalan.
Alicia y
Mari Paz al ver que SIMA no cumplía el acuerdo pactado decidieron tomar una
solución, “ el segundo año cuando ya vimos que no nos daban ni un duro ni el
ayuntamiento les exigía nada, la última cuota de agosto de 840 euros no se la
pagamos, se lo dijimos al alcalde y nos dijo que no se lo pagáramos, que esperáramos
a ver y de ahí vino la denuncia” comenta Alicia, quien recuerda como pagaban a
SIMA 3000 euros al año por el alquiler del bar, “según ellos con una rebaja por
la limpieza de baños y vestuarios, y no era una rebaja porque era un trabajo.
Además, por vender las entradas tampoco
nos daban nada. Veíamos que se les acababa el contrato, no sabíamos si les iban
a prorrogar y queríamos agarrarnos a algo…”
Tras el
juicio llegó una rápida sentencia que las condenó a pagar los 840 euros más los
intereses y las costas del juicio, sin tener derecho a que les devolvieran la
fianza. Una sentencia que dio valor al papel que firmaron en su día como que SIMA
les había comprado las cosas por valor de 2000 euros “aunque no haya constancia
por ningún lado de que nos lo hayan pagado. No nos han dado nada. Ni siquiera
pudimos entrar en las instalaciones a recoger nuestras cosas porque se cambió
la cerradura, el ayuntamiento tampoco nos dejaba entrar. Son nuestras cosas, las han
estado disfrutando, diciendo que las tendríamos que haber sacado antes. Nos ha pasado
por fiarnos, por confiadas.”
Las chicas
dicen haberse sentido poco apoyadas por el ayuntamiento, ”el año pasado cuando
se hicieron las obras, que fueron un desastre, allí entró todo el mundo del
ayuntamiento, y cuando nos pasó esto, se empeñaron en decir que no entraban,
nos decían que nos apañáramos con la empresa y no había manera de convencerles
aunque teníamos contrato hasta mayo”.
Las
diferencias con el ayuntamiento llegaron a su culmen poco antes de la matanza
organizada por la comisión de peñas, cuando quisieron entrar a las
instalaciones para dejar a los peñistas paelleras y diverso material de su
propiedad. “Volvimos a ponernos en contacto con el alcalde pero se puso como un
loco dándonos voces y echándome la culpa de todo, diciendo que no quería saber
nada. Y si es el alcalde se supone que al menos tiene que mediar un poco. Y no
hubo manera porque no pudo venir nadie de la empresa y eso que no era para
nosotras.”
Finalmente y
tras numerosas gestiones y malos ratos, un representante de la empresa acudió
con un concejal a la piscina y permitió entrar a las anteriores adjudicatarias
para recuperar algunas de las pertenencias más personales pero sin solucionarse
una posible remuneración por todo lo dejado e invertido en las instalaciones.
Por su parte, el anterior alcalde, Santiago de la Cruz, se sorprendió de la
rapidez de la sentencia y recuerda que “fue un acuerdo entre ellos para el que
en su momento no contaron con el ayuntamiento y por eso no podíamos intervenir.
Entrar a coger cosas a unas instalaciones alquiladas hubiese sido como robar”
señalando también que nunca se negaron a mediar si acudían las dos partes, ”les
advertí que un juicio podría ser
complicado y perder mucho dinero. Lo suyo hubiera sido llegar a un acuerdo
aunque hubiesen perdido algo pero me dijeron que no se iban a reír de ellas,
insistieron en lo del juicio”.
La anterior
corporación prorrogó en enero un año más el contrato de la piscina a la empresa
SIMA aunque en un principio mostraron su deseo de no continuar con la
explotación. Finalmente, tras varios meses de no dar señales de vida, la
empresa decidió continuar con el contrato y no perder la fianza depositada.
Para conocer
la versión de la empresa SIMA, El Cuarto Poder 2.0 se puso en contacto con sus
responsables, quienes prefirieron no entrar a valorar la sentencia que les dio
la razón y tampoco si tenían intención de permitir entrar a las antiguas
adjudicatarias a recoger sus pertenencias o abonarles una compensación por las
mejoras dejadas en las instalaciones,
“los asuntos concernientes a la dirección estratégica de los distintos
servicios de la empresa son privados” señalan.
Alicia y Mari
Paz se muestran exhaustas por todo este proceso sin un final claro. De hecho,
en estas últimas semanas han subido al ayuntamiento más de diez veces para
intentar solucionarlo e incluso llegaron a coincidir con el alcalde saliente y
el entrante, Juan José Maroto, estando ambos de acuerdo en buscar soluciones,
como que el arquitecto municipal valore el importe de las mejoras y acordar una
cifra compensatoria, pero aún están a la espera y la piscina ya ha
abierto.”Nuestra es la mitad de la cocina, del bar, muebles y toda la zona
donde se hacían las paellas que es de nueva construcción. No queremos que nos
lo mal paguen y sabemos que hubiese sido mejor llegar a un acuerdo, pero esta
gente es intocable” recuerda Alicia, quien piensa revisar con lupa el contrato realizado
a SIMA, “deben tener por contrato siete personas de Nava dadas de alta y dudo
que las haya. El cerramiento que rodea la piscina tenían que arreglarlo y
tampoco lo han hecho por lo que se ve a toda la gente desde fuera. Prometieron
muchas cosas que no han hecho, no se les está exigiendo, por no hablar del
estado del césped, todo amarillo…¡Qué pena!”.