Como reconocimiento a su trayectoria deportiva, una de las premiadas será la jugadora navera de balonmano, Raquel de la Cruz, a la que una lesión de rodilla le ha obligado a retirarse de la competición en lo más alto, ya que la hija del anterior alcalde de Nava ha puesto el punto final a sus casi dos décadas de carrera en el Helvetia BM Alcobendas, con el que ascendió a División de Honor.
Otra navera también estará presente para ser homenajeada, la también jugadora de balonmano, Alba Herranz.
Pero estos premios no son los únicos reconocimientos que han recibido estas dos jóvenes deportistas, ya que recientemente recibieron dos becas concedidas por la Diputación provincial de Segovia.
Raquel y los otros naveros en la entrega de becas de la Diputación |
La Diputación Provincial reconoce cada año a los treinta deportistas que según la institución merecen un aliciente económico en su trayectoria deportiva.
Una de las becas más cuantiosas fue para Raquel de la Cruz. Junto a ella, el piragüista David Llorente, y las atletas Sonsoles Muñoz y Diana del Ser recibieron la más alta distinción, la beca en la categoría Oro, que premia con 2.250 euros a estos cuatro deportistas.
Mientras, los becados en la categoría de Promoción Deportiva recibieron 500 euros, 1.000 los encuadrados en la categoría Bronce y 1.500 a los deportistas seleccionados para la categoría Plata. Varios deportistas naveros accedieron también a estas becas: Mario García Baeza, Carlos Villagrán, Darío Ajo y la propia Alba Herranz.
"Es bonito que tu provincia te reconozca, que tu provincia te quiera", comentaba Raquel, caminando todavía con muletas tras su última operación de rodilla.
Carrera de éxitos
Tras 18 años de balonmano en los que ha logrado, entre otros hitos, un subcampeonato de Europa junior con la Selección Española y el histórico ascenso a División de Honor con Balonmano Alcobendas, Raquel puso punto final a su brillante carrera balonmanística en la que fue su casa durante 6 temporadas.
Raquel comenzó en el Balonmano mientras lo compaginaba con el Atletismo. Su primer destino como juvenil fue Salamanca. Ya con 18 años llegó al primer equipo del Balonmano Alcobendas. Tan sólo un año después, el equipo logró el ansiado ascenso a División de Honor (temporada 2007-2008). Raquel compatibilizó entonces sus estudios de Ingeniería Industrial con los entrenamientos, y tras cinco temporadas en Alcobendas se mudó a León para continuar con su carrera universitaria. Allí jugó dos temporadas en Cleba León de División de Honor, y tras una temporada más en el Aula de Valladolid, regresó a Madrid, para formalizar su vida laboral y compatibilizarla con la exigencia del primer equipo del Balonmano Alcobendas.
El pasado mes de mayo su equipo decidió hacerle un emotivo homenaje con motivo de su retirada En el transcurso del cual se le entregó un trofeo personalizado con una de las frases más significativas en su carrera "La única forma de no conseguir un sueño es el miedo al fracaso".
Raquel de la Cruz abandonó el balonmano profesional con 27 años, tras casi dos décadas en activo donde ha logrado, entre otras cosas, un Subcampeonato de Europa con la selección española junior (2007) y un ascenso a División de Honor Femenina (2007-2008).
“Para mí es muy especial retirarme en Alcobendas. Siempre la he considerado mi casa. No sólo por los años que he pasado aquí, si no por su significado”. Unas bonitas palabras para su despedida, pero los naveros sabemos que su casa, su verdadera casa ,siempre estará en su pueblo, donde quizás por ser hija de quien es, no se le ha rendido nunca el homenaje que merece.
Pero no es tarde...
Pero no es tarde...